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Vivir en libertad
Reflexiones sobre los límites, los sueños y lo esencial

Miriam Subirana Vilanova

Editorial RBA 
ISBN: 978-84-9867-238-1
N. págs. 208
Formato: 216 x 142 mm

Vivir en libertad es abrazar la vida. Sujetar las riendas y saber manejarlas. Alcanzar tus propósitos. No vives a merced de otros. Eliges cada paso, según lo que te propones. Sabes lo que quieres y eres consciente de tus decisiones.


Un ser libre es aquel que reconoce su potencial, lo cuida, lo nutre, lo utiliza y lo expresa. Es un ser despierto. Ha dejado de culpar, de quejarse y de poner excusas. Ha asumido su plena responsabilidad y tiene una actitud de agradecimiento en cada momento. Es un ser relajado que no se acomoda en zonas de confort ni pereza. Desde la serenidad, sale de esos espacios limitadores de potencial para trascender y brillar.


Este libro plantea diferentes ideas, preguntas y reflexiones para que abraces la vida, el cambio y la incertidumbre. Para que goces, rías, aceptes, afrontes, ames ycompartas. Para que sueltes el equipaje que no necesitas.

 

Para vivir en libertad, has de vivir en paz con el tiempo, vivir en la dimensión del tiempo siendo creador del tiempo y no esclavo del tiempo. Vivir sin ser preso ni víctima del tiempo.

Vivir en paz con el tiempo es vivir en armonía con la naturaleza, empezando por tu naturaleza interior. Cuando hoy plantas una semilla, no puedes acelerar el proceso para que mañana tengas un árbol frutal. Cuando es de noche, no puedes hacer que la tierra se mueva más rápido o más lento para que salga el sol antes o después. Todo tiene su ritmo en la naturaleza.

Nos hemos alejado del ritmo natural y nuestra mente acelerada ejerce presión, crea estrés y provoca ansiedad. Planificamos el futuro, estamos anclados en el pasado y se nos escapa el presente.

Muchas de las preocupaciones tienen que ver con cómo vivimos el tiempo: el pasado, el presente y el futuro. Preocuparnos por lo que pueda suceder cuando aún no ha llegado el momento de que ocurra nos quita la energía necesaria para afrontarlo cuando finalmente llegue. Vivir de los recuerdos nos chupa la energía, el pasado ya pasó y ya no existe, excepto en nuestra memoria. Alimentamos los recuerdos sin darnos cuenta de que vivir del recuerdo nos distrae del presente y nos debilita. Es como ser un enchufe que se conecta a una toma de corriente por la que no pasa corriente. Vamos perdiendo nuestra energía. Queremos revivir una experiencia que ya pasó, y finalmente nos sentimos decepcionados experimentando un desgaste mental y emocional.

No sólo reduce tus fuerzas cómo vives el pasado y proyectas en el futuro, sino cómo vives este momento. Cuando, por ejemplo, te opones al presente y tienes resistencias, éstas consumen tu energía y te provocan estrés. Si aceptas el presente, puedes fluir con flexibilidad sin malgastar tu energía. Aceptar no significa someterte ni sentirte víctima de lo que esté sucediendo ahora. Desde la aceptación, afrontas y transformas.

Si aprendemos a vivir las dimensiones del tiempo de forma saludable, mantendremos nuestra vitalidad, sanaremos el pasado y nos sentiremos en paz con él. Aceptar el presente y confiar en el futuro nos ayuda a estar bien.