La puerta de entrada a la calma

¿De qué dependo para sentirme bien? ¿Qué soportes y apoyos necesito para sentirme estable? ¿Qué es lo que me hace fluctuar y perder el rumbo cuando eso no está presente en mi vida?

El edificio de la calma necesita, sólidos y profundos cimientos, de manera que ni siquiera los tsunamis o huracanes de la vida lo puedan hacer caer. Para conseguir tal solidez, necesitamos explorar aspectos como los apegos y las dependencias.

¿Qué es el apego? ¿Cuáles son nuestros apegos favoritos o los más fuertes? ¿De qué dependemos para poder avanzar en la vida?

Mirándolo con una visión amplia, el apego puede adoptar muchas formas. Puede ser hacia una persona, hacia un objeto y también hacia algo más sutil, una idea, una creencia o un hábito. En cualquier caso, el apego se basa en un proceso de identificación con algo que proporciona algún tipo de confort o seguridad, algún placer o bienestar. O también una mayor percepción de la autoestima.

Y en este punto surge la pregunta: ¿cómo saber si estamos apegados a algo o a alguien? Es relativamente sencillo reconocer nuestros apegos. Cuando el objeto de mi apego (no olvidemos que puede ser una persona) es amenazado o puedo perderlo, una emoción específica se manifestará, el miedo. ¿A qué se debe este miedo? Está relacionado fundamentalmente con la experiencia de la pérdida. El placer o el confort que se derivan del objeto del apego se van a terminar, y me voy a quedar con el dolor de la privación.

Todos estos procesos sutiles se desarrollan en nuestra consciencia sin que, con frecuencia, ni siquiera seamos conscientes. El apego es un factor importante detrás de nuestros enfados, descontento, cabezonería, rigidez, etcétera. Pero ¿cómo podemos experimentar calma alguna bajo la ebullición de todas estas emociones?

Cabe destacar que el simple hecho de darnos cuenta de que estamos apegados a algo o a alguien es de gran importancia. En realidad, es la puerta de entrada a la calma. Tomar consciencia de qué es lo que nos hace sentir inseguros y nos genera miedo, ira o tristeza nos indica que vamos por el buen camino, que ya has solucionado parte del problema.

Para fortalecer los cimientos del edificio de nuestra paz interior, es importante entender y experimentar que nuestro estado natural, nuestra esencia interior verdadera e innata es de paz y libertad. Libres de apegos, ataduras, dependencias y adicciones.

Extracto del libro:
Arquitectura de la calma
Una guía práctica para encontrar la serenidad y el equilibrio interior
Ed. Luciérnaga
Vicenç Alujas y Guillermo Simó

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