Semejante a Dios

Hay muchos que dicen que el ser humano es Dios o parte de Dios, lo que probablemente tiene su base en nuestras cualidades más profundas e innatas.

La paz de mi estado original es semejante a la paz de Dios. Mi amor más verdadero y elevado es semejante al amor de Dios. La personalidad de pureza, verdad y sabiduría, que son mi esencia original, son semejantes a los Suyos.

La diferencia está en la cantidad, pero no en la calidad. La “parte de Dios”, que se supone que somos, no es más que el conjunto de nuestras cualidades más profundas y originales.

Así pues, si realmente somos Dios, ¿acaso somos el Padre Benefactor de todos los seres? Y si somos parte de Dios, ¿por qué Sus cualidades no están siempre presentes en nuestras vidas? Al fin y al cabo, uno de los atributos más conocidos de Dios es la constancia.

A pesar de las muchas similitudes, los atributos de Dios son incomparables. Con todo, la unión mental o yoga con Él se basa en las semejanzas, no en las diferencias.

Extracto del libro:
La última frontera.
Un viaje por la conciencia humana
Ed. Brahma Kumaris
Ken O’Donnell

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